martes, 8 de marzo de 2011

La casa en la sombra (On Dangerous Ground), Nicholas Ray, 1951.

.

Al igual que su debut como director, Los amantes de la noche, La casa en la sombra tiene a John Houseman como productor. Un hombre que produjo obras como Cautivos del mal (1952), El loco del pelo rojo (1956) y Dos semanas en otra ciudad (1962), todas de Vincente Minnelli, Carta de una desconocida (1948, Max Ophüls), Julio César (Joseph L. Mankiewicz, 1953) o Los contrabandistas de Moonfleet (Fritz Lang, 1955).

En 1959, Nicholas Ray leyó la novela Mad With Much Heart, de Gerald Butler, y le atrajo de ella, el concepto del policía que patrulla las calles para erradicar la violencia mientras lleva, sin embargo, esa misma violencia dentro de sí mismo. Ray le propuso a Houseman su adaptación al cine, pero éste no compartió su entusiasmo. No obstante, pudo llevarla a buen puerto gracias a su tenacidad y perseverancia por lo que no se puede considerar a On Dangerous Ground como un mero encargo de estudio.

En apenas 80 minutos Ray incumple las espectativas iniciales de estar ante un film noir canónico A él le interesa menos la intriga policial acerca de la resolución del asesinato de una niña que el itinerario moral del personaje protagonista. La casa en la sombra es una película cortada en 2. Dos universos incompatibles y visualmente enfrentados: el mundo urbano, nocturno, dominado por el negro y toda la gama de grises, y el mundo rural, diurno, iluminado por el resplandor claro de la nieve. Jim Wilson (Robert Ryan), el huraño y amargado agente de policía es desterrado de la ciudad por sus métodos violentos y el pueblo al que acude a resolver un caso, será su lugar de redención, donde recobrará la dignidad, en el amor de una mujer ciega. Todo en poco menos de 4 noches, filmado por Ray con la urgencia y el lirismo que le caracterizaban y con una economía narrativa en la que todo es esencial, nada sobra.

La película comienza de manera espléndida. En la secuencia de apertura se nos presenta el ritual cotidiano de los policía preparándose en su casa para iniciar su patrulla nocturna. Con ello se nos introduce el tono que tendrá este segmento urbano, un retrato descarnado de tono documental del trabajo de un policía solitario, violento, que transmite amargura en sus miradas y sus acciones. En la 2ª parte, que acontece en una inhóspita zona montañosa siempre nevada, gana fuerza el melodrama a través de imágenes de un romanticismo desesperado y un sórdido lirismo.

Según Jean Wagner "es probablemente la película más insólita de Nicholas Ray de cuantas dirigió y, al mismo tiempo, una de las más personales, pues ningún otro cineasta podría haberla firmado".

4 comentarios:

David dijo...

Un peliculón, una joya del noir.
¡Y como está Robert Ryan!
Este hombre era un pedazo de actor, independientemente del registro que le fuese exigido clavaba sus papeles.

Por último comentar que gustan mucho las películas negras de Ray entre mis favoritas están la citada y las que rodó con Humphrey Bogart, especialmente "En un lugar solitario" (1950) una de mis favoritas del género.

Un saludo y felicidades por la reseña.

Bargalloneta dijo...

Coincideixes amb la Tartaruga eh???
mlt bon post!

David dijo...

He estado a punto de cogerla dos veces de la mediateca (porque no la he visto)...pero como tenía muchas en casa. La próxima vez la cojo y ya te diré. Pero como dice mi mujer: "¿traes películas a casa y tienes una caja de ellas sin ver?"
Un saludo.

leolo dijo...

David1: A mí también me encanta Robert Ryan, le dediqué una entrada:
http://leolo-eloy.blogspot.com/2010/03/robert-ryan-el-rostro-impenetrable.html
De las películas de Ray con Bogart tengo un recuerdo muy lejano. Tendría que revisarlas. Gracias por pasarte.
Mónica, bones coincidencies.
David2, creo que tu mujer tiene razón, primero las de casa y luego a buscar fuera. Un saludo