miércoles, 25 de agosto de 2010

¡Qué bueno es Dios!



El fuego y la palabra (Richard Brooks, 1960)

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Burt Lancaster: ¡Amigo Jim!

Arthur Kennedy: Me parece que le sentaría bien un trago.

Burt Lancaster: ¡Alcohol! Sabe una cosa Jim, tendría que haber una ley contra la bebida.

Arthur Kennedy: Ya existe la prohibición.

Burt Lancaster: Sólo prohibe vender, pero no beber, ¡¡¡Jajajajaja!!

Arthur Kennedy: Amén.

Burt Lancaster: ¡Por las horas felices!

Arthur Kennedy: ¡Por los días felices!

Burt Lancaster: ¡Qué bueno es Dios!... Contemple esto amigo Jim, ¿a qué viene tanta furia?, ¿lo sabe?

Arthur Kennedy: A la plebe no le gusta que sus dioses sean humanos... ¿Le han hecho daño?

Burt Lancaster: No tanto como usted, ja, ja, ja...

Arthur Kennedy: Era mi obligación, ¿qué piensa hacer ahora?

Burt Lancaster: Pues lo de siempre, hoy arriba, mañana abajo. Pecas, te arrepientes. Hacer las cosas lo mejor que pueda y que el señor haga el resto.

Arthur Kennedy: Así que ¿de veras cree en Dios?

Burt Lancaster: Naturalmente. Al hombre le conviene caer de rodillas de vez en cuando. Eso es lo que le impulsa a venir aquí a la gente. Porque están... asustados, o enfermos, porque no tienen dinero, o tienen demasiado, al empezar una guerra o después de ella. Creo que la oración es la medicina más barata. Por eso Sharon les hacía tanto bien.

1 comentario:

David dijo...

No sé si es bueno, pero difícil de ver sí es. Aunque bueno, viene, entrega su obra y se va.
Lo que más me gusta de este blog es el "feedback" que se dice.



No me hagas mucho caso que me acabo de levantar y hace un calor que me habrá afectado...

Un saludo.